La Jawa 2T se siente ociosa... Tiene ganas de rutear. Entonces se complota con Anabel y me levanta un domingo para ir de una escapada al lago Mari Menuco.
Yo había llegado de madrugada y pensaba dormir todo el día. Febo asomó demostrando su esplendor estival y Anabel me despertó para que realicemos unas compras y nos fuéramos al lago, donde estaban desde el día anterior acampando, nuestros hijos.
-Flaco. Por qué no te lavantás, ensillamos la Jawa y nos vamos al lago con los nenes?
Imposible negarme...
Pasamos por un Híper, compramos algunos enseres. Cargamos Nafta y el correspondiente aceite 2T y nos hicimos a la ruta. Tomamos la salida norte de la ciudad de Neuquén hacia Centenario, pasamos de largo esa ciudad hasta el desvío. Remontamos la meseta bajo el abrazador sol del mediodía que ya se iba convirtiendo en siesta dominguera...
Hicimos unos cuantos kilómetros tirando a 90_100 km dejando una hermosa estela blanco azulina detrás nuestro. Por estos lares no abundan las 2T grandes así que llamamos la atención de quienes nos cruzaban y, sobre todo, de quienes nos sobrepasaban que nos tocaban bocinazos como protestando por las descargas de nuestros dos escapes.
El sonido del motor y los escapes en la meseta abierta rememoraba las películas de aviones de la primera guerra mundial y de a ratos sentía la sensación de ser el legendario Barón Rojo al comando de su triplano.
La ruta con asfalto viejo y bastante dañado ayudaban a idea de estar surcando el espacio en otras épocas más alejadas, pilotando mi máquina entre nubes y vientos cruzados.
Los raros comienzan a acentuarse y noto que a pesar de no caer en vueltas de motor la máquina pierde velocidad.
Los raros se tornan indoblegables y perdemos varios pies de altura... Ehhhh. Digo: perdemos velocidad y la moto se sacude mucho de atrás... PINCHAMOS!!!
Aprieto el embrague y dejo que la máquina desacelere sin esfuerzo.
PINCHAMOS!!! ¿Y ahora? En medio de la meseta y con un pinchazo!!!
Por suerte trajimos infla/sella neumáticos.
Aplicamos el producto y circulé la moto tal como dicen las indicaciones. Al momento de Seguir notamos que el producto no hizo efecto...
Quedamos tirados.
Amo esa moto...
Por suerte en la inmensidad de la meseta patagónica, por esta ruta, teníamos señal de celular. Anabel se comunicó con Ayma que junto con Laureano vinieron en nuestro auxilio.
Demoraron cuarenta minutos desde el camping "El Sosiego" hasta el punto de la ruta en que nos encontrábamos.
Con sus herramientas desarmé la Jawa (por suerte es muy fácil) y fueron en busca de una gomería para parchar la cámara pinchada.
No quise que Anabel se asara bajo el embate del sol Neuquino así que fue con los chicos. Domingo, hora de la siesta y Enero.
La Jawa asoleándose y echada para atrás esperando el auxilio.
El sol realmente incandescente me obligó a probar distintos refugios: Bajo la sombra de la moto... no, Semi recostado intentando guarecerme entre la jarilla... tampoco, Finalmente opté por acomodarme tras un poste de tendido eléctrico recibiendo aunque más no sea, una línea de sombra.
¿Hasta dónde tendrán que ir? Espero que encuentren algo...
Luego de una espera imposible de medir veo recortarse en el horizonte la silueta del Gol de Aymara... Llegan con la rueda armada!!!
Me comentan que debieron regresar hasta Centenario (unos cincuenta kilómetros de mi ubicación) cambiaron la cámara y repararon la pinchada.
Monté rápidamente debido a su practicidad la rueda y seguimos viaje rumbo al lago.
Finalmente llegamos!!!
Disfrutamos de una hermosa tarde de sol pleno y aguas tranquilas y seguras.
Tomamos mates y jugamos en el agua hasta que la tarde/noche nos dio un alivio de "frescor patagónico". Sentimos el atardecer junto al lago y disfrutamos de las estrellas que, lejos de las ciudades valletanas, demostraban su esplendor.
Tomamos mates y jugamos en el agua hasta que la tarde/noche nos dio un alivio de "frescor patagónico". Sentimos el atardecer junto al lago y disfrutamos de las estrellas que, lejos de las ciudades valletanas, demostraban su esplendor.
Hora de partir de regreso a Oro me encuentro la rueda baja!!! Antes de probar inflar la rueda con cámara nueva la desarmo y encuentro que la misma se hallaba abierta por la costura!!! (Enganchamos justo la defectuosa)
Por suerte mi mujer había hecho arreglar la otra cámara así que me dispuse a cambiarla. Termino de colocar la rueda y aparece un muchacho de mi edad (más de cuarenta jejeje) juntando basura en una bolsa de consorcio.
Le pregunto si trabaja en el lugar y si tendrán un inflador o un compresor. Me responde que es visitante y que está ayudando "de onda" pero que lo acompañe hasta su auto que tiene un compresor y me puede inflar la rueda (aquí voy a obviar la conversa respecto de la moto porque ya se la deben estar imaginando). Maravillosamente inflamos la rueda. No se desinfla. Monto la moto con mi esposa. Hijos y yerno suben al auto. Partimos hacia la ciudad de Neuquén. Nosotros en moto por delante, Los chicos nos escoltan hasta la autovía Centenario-Neuquén donde (gustoso y divertido) los pierdo. En la capital provincial me abastezco de combustible (y aceite).
Cruzamos el puente interprovincial Neuquén/Cipolletti (Río Negro) y regresamos a casa luego de una maravillosa tarde y un hermoso paseo en moto.
lindi viaje
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